De pequeñita vendían en el kiosco unos merenguitos que me encantaban. Eran redonditos, de mil colores y muuuy crujientes.
Después de muchos años echándolos de menos me he animado y los he preparado yo.
La receta es muy sencilla, aunque os recomiendo usar unas varillas eléctricas si no queréis acabar con el brazo dormido.
Ahí va:
Para 12 merengues grandes (o unos cuantos más pequeñitos) se necesitan . . .
2 claras
115g de azúcar fino
Pre-calienta el horno a 110 ºC y prepara una bandeja con papel vegetal. Mientras monta las claras en un cuenco limpio. Cuando se formen picos, se añade la mitad del azúcar y se sigue batiendo. Finalmente se añade el resto del azúcar y se remueve con suavidad.
Aquí es donde entran los impostores: Los merenguitos los he formado con una cuchara porque aún no tengo manga pastelera.
Se hornean durante una hora o hasta que estén secos y crujientes, y se dejan enfriar en una bandeja.
¡¡Y listo!!
Unos deliciosos merengues para una merienda, un desayuno o lo que prefiráis.
Espero que pongáis en práctica la receta y disfrutéis tanto como yo.
Hasta pronto.
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