Sí, ya sé que por la temática de las últimas entradas más de uno habrá pensado que algo pasaba.
Pues sí, se avecinaba una Baby Shower pero, como era sorpresa, no podía decir nada (enhorabuena Marián).
Así que a eso venía tanta tarjeta, tantas letras y guirnaldas personalizadas, el mogollón de pastelitos y, por supuesto, la tarta de pañales.
Pero si cabe, y a parte de la homenajeada y sus peques, lo más importante de todo el montaje fue EL CARROMATO. Quedaba presentado en sociedad y a disposición de los interesados (CONTACTO).
Muchísimos pasteles . . .
Y rosetones, que me encantan.
Aunque también hubo comida salada en una mesa de lo más personalizada . . .
E incluso recordatorios de la Baby Shower . . .
Lo necesario para una tarde inolvidable y para una llegada de los bebés en la que se usarán muchos pañales . . .
Bienvenidos y gracias Rocío por haber hecho esto posible.
Hasta pronto.