De uno de mis veraneos volví con un montón de restos de la playa que me resultaron muy curiosos.
Podrían parecer desperdicios, pero llamaron mi atención y hoy, por fin, forman parte de la decoración de mi hogar.
Con unas cuentas viejas, hilo y la etiqueta de una conocida marca de ropa he preparado una especie de móvil con el que estoy muy contenta.
Es muy orgánico y bastante simple, pero me gusta como destaca sobre la pared azul.
Animaos a hacer cosas así porque lo que se considera basura, no siempre lo es.
Hasta pronto.
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