En estos tiempos de crisis, lo de gastar no está del todo bien.
No se puede echar mano de la cartera cuando se te antoje.
Pero hay veces que necesitas tener algo nuevo para ser un poquito feliz, y ya sé que eso suena superficial y frívolo. Por eso viene a cuento lo que os mostraré a continuación: Una cartera reciclada.
Esta se la he preparado a mi amigo Raúl, que ahora andará por Sicilia.
La manera de hacerla es muy sencilla: Solo se necesita papel decorado (puede ser de regalos que te hayan hecho y que hayas guardado, de empapelar paredes o con trozos de revistas), forro de libro auto-adhesivo e hilo y aguja para coser todas las partes.
Lo primero que hay que hacer son unas plantillas de las distintas piezas que compondrán la cartera. Después solo hay que recortar las distintas piezas en el papel deseado y forrarlas con el adhesivo. Yo he decidido combinar dos tipos de papel muy contrastados.
Cuando tengas todas las partes listas, ensámblalas y empieza a coserlas, haciendo primero las costuras interiores y terminando por las exteriores. El resultado es una cartera diferente y personalizada.
Espero que os haya gustado y, si os veis con ganas, intentéis hacer una.
Hasta pronto.
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