miércoles, 19 de septiembre de 2012

La Vuelta al Cole

Conforme nos hacemos mayores va sonando cada vez peor lo de la vuelta al cole y lo pronto que empiezan algunos comercios a bombardearnos con los artículos escolares aunque estemos en agosto en mitad de la playa.

Pero no siempre fue así. Recuerdo un tiempo en el que el comienzo de la época escolar estaba llena de ilusión porque volvías a ver a los amigos, empezabas a estar harto de los "interminables" casi 3 meses de vacaciones y era el momento de estrenar material escolar.

Lo que más ilusión me hacía era recoger mis libros y cuadernos nuevos de la tienda y recibir "mi regalito": Un estuche de tela que la dueña de la tienda regalaba a mi madre por haber comprado el millón de libros en su establecimiento.

Y la semana antes de ir a clase me la pasaba limpiando gomas, afilando lápices y ordenando mi nuevo estuche. ¡Qué recuerdos! 

Otra de las actividades que ocupaba esos días era el forrado de libros, lo cual incluía re-forrar libros usado para que estuvieran más "nuevos". Era el caso de los diccionarios. Y aquí es donde empezamos con la actividad de hoy: He estado arreglando un antiguo diccionario de inglés que me dio mi amiga Eli.

La idea la vi el año pasado en uno de los blogs que visito habitualmente, pero cuando vi el diccionario lo tuve claro. 

Necesitamos el libro en cuestión, cartulina, una cuchilla y tijeras, una regla, un lápiz y un rotulador de esos que pintan en dorado o plateado (a vuestra elección). La historia es convertir un libro viejo en una de esos tomos antiguos de enciclopedia (de piel generalmente marrón o en tonos oscuros, con letras grabadas).


Lo primero es reparar los posibles desperfectos del libro (yo tuve que encolar algunas páginas y encintar casi por completo el exterior con cinta adhesiva).


Extendemos la cartulina y, con el libro abierto sobre ella, marcamos el contorno del libro dejando unos 5 cm por los laterales (no por arriba ni por abajo) para que hagan de solapa. Recortar.

Posicionar la cartulina sobre el libro para que coja la forma, separarla del libro y marcar mejor los dobleces.

Ahora llega el momento decorativo. Y aquí es a gusto del consumidor. Podéis copiar un viejo libro que tengáis por ahí para que parezca un libro con solera, o inventaros la decoración, o solo poner que libro es (en mi caso, un diccionario de inglés).

Volvéis a ponerle la funda de cartulina al libro...¡¡Y listo!!


El resultado es muy llamativo y podéis usar esta técnica para unificar los libros de una estantería.

Ya sabéis, vuestros libros no tienen que estar ruinosos. Lavadles la cara con este truco.

Hasta pronto.

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