Cuando las cosas pierden su utilidad no hace falta que sean desechados, sino que se les puede dar una utilidad totalmente nueva.
Y eso es lo que ha ocurrido con esta vieja lata de tomate frito, unos lápices usados (de esos que dejas de usar porque te duelen los dedos al cogerlos), y unos papeles, lazo y cola termofusible:
Todos juntos se han convertido en un original lapicero...
Y la verdad es que no ha sido difícil:
- Lo primero es dejar bien limpia la lata, no sea que cuando tengamos los bolígrafos dentro empiecen a salirnos cucudrulos de ahí.
- Para forrar la lata he usado cartón corrugado negro que tenía guardado de una manualidad anterior. La plantilla la puedes hacer deslizando la lata sobre un trozo de papel y marcando con un lápiz. Asegúrate de que haces la plantilla de manera que no solape el papel, ya que es muy grueso y podría afear el trabajo. Después traslada la plantilla al cartón corrugado y fija éste a la lata con cola termofusible.
- Lo anterior era lo más difícil, porque ahora solo queda colocar el lazo y pegar los lápices con la pistola de cola donde más te guste.
Hasta pronto.
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