Esta bonita tarta era para la Baby Shower de Adrián (vamos, de su mamá).
Un clásico de bizcocho de vainilla con crema de chocolate que se reinventa con cada decoración.
Al bebé, modelado a mano, no le falta ni un detalle (que deditos).
Una decoración tierna e infantil para un evento lleno de encanto.
Hasta pronto.
Es la tarta más tierna que he visto. Me encanta
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