Hace poco le dejé a Antonio una sorpresita . . . un detalle.
Y para estos casos hay que tener a mano una tarjetita.
Pero no hay que gastar más en la tarjeta que en el detalle. Se pueden conseguir cosas maravillosas con poco presupuesto. Y sin tener muchos quebraderos de cabeza.
Se consiguen cosas más bonitas cuando se hacen con cariño (aunque no se disponga de mucho).
Hasta pronto.
Menos mal que era improvisada. Imaginación al poder!!
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